Actividad 4


Cuestionario
1 ¿Qué objetivo
tendrías al leer el texto? Conocer a
fondo el origen, motivos e historia del aguinaldo, el derecho como trabajador y
aumentar el conocimiento apartadamente del escuchado.
2 ¿Cuál es la idea
central? Cuál es el motivo del
aguinaldo, significado de ello y aprender para recibir o aplicar esta acción.
3 ¿Cómo desarrollo la
información el autor? Principalmente
narra porque motivo se promueve el aguinaldo, los significados, el origen de la
costumbre, fechas de bonificación y a quienes se les brinda hace que con su
cronología llame más la atención del lector y quiera conocer más de la información brindada, se muestra ágil.
Esquema
Esquema
Resumen del texto
Este texto da a conocer la
mayor parte del aguinaldo, se dice que se reconocer por el nacimiento del niño
dios como lo es con villancicos piñatas y dulces, los hispanoamericanos conocen
el aguinaldo por el personaje histórico
que es Emilio Aguinaldo, aunque también el termino aguinaldo se le conoce como
regalo que se da con navidad o en fiestas de Epifanía esta se considera una
gran costumbre, menciona que cierto lugar se recogen ramos en el primer día del
año que por medio de él es pedir protección y después de esto regalarlas, la
costumbre para la mayoría es el 25 de diciembre que lo toman como intercambio
de regalos pero no solo eso sino en Epifanía es cuando rememoran al niño dios y
el ofrecimiento de los reyes magos como oro mirra e incienso, los saturnales
que se dicen iniciar el 17 y concluían el 25 de diciembre que se hace dando
banquetes al público dándose obsequios e intercambiando papeles ente amos y
sirvientes, como ahora se hace con los
padrinos del recién nacido que se reconoce
como el bolo que es exigido, la idea del obsequio fue fortalecido en los
países del occidente, al mismo tiempo dar regalos a los niños por el buen
comportamiento al año con varios juguetes es en noche buena o reyes magos. Del
mismo modo el aguinaldo laboral que en México es una bonificación por el año de
trabajo esta es una obligación o derecho que tienen todos los trabajadores
empleados, esta debe ser una cantidad mayor al sueldo que se le da cada
quincena de diciembre aunque también se dan las bolsas de celofán con fruta de
temporada como mandarina, caña, el cacahuate y finalmente con dulces para el
gusto infantil.
Subrayado de ideas principales
El origen del
aguinaldo se remonta a la época de los romanos.
El
aguinaldo es uno de los signos del fin de año, junto con el nacimiento
—o pesebre, como se le llama en algunos países—, sus peregrinos y el Niño Dios,
las posadas con sus piñatas, los villancicos, el arbolito de Navidad y, a
últimas fechas, Santa Claus. Pero todo parece indicar que estas festividades
cristianas tienen su origen en una remota antigüedad pagana.
La palabra
En cuanto a la etimología de la palabra aguinaldo existen, cuando menos, un par de
versiones. Una de ellas nos señala que
la palabra deriva de una expresión
usada por los druidas, sacerdotes de los pueblos celtas que oficiaban en los
bosques para encomendar las cosechas a los dioses, y
en especial la recolección de los frutos silvestres. En la ceremonia, el druida subía a las ramas de un encino para esparcir sobre las cabezas de
la gente las hojas de muérdago, una planta sagrada,
mientras entonaba las palabras rituales: «A gui l’an neuf», cuya traducción
podría ser «al muérdago el año nuevo». Hay que anotar que en español existe la
palabra aguilando, sinónima de aguinaldo y fonéticamente muy próxima al conjuro
druida.
La otra posible etimología provendría del latín y es la que
recoge el académico Gutierre Tibón, quien, en su Diccionario etimológico comparado de los apellidos
españoles, hispanoamericanos y filipinos, se refiere a un personaje
histórico filipino del siglo xix, Emilio Aguinaldo, y menciona que su apellido
tal vez provenga de la frase latina hoc in anno —«en este año»—, que se usaba
como estribillo en las canciones populares de Año Nuevo.
Hoy en día, el
drae acota la palabra aguinaldo como:
«regalo que se da en Navidad o en la fiesta de la Epifanía; regalo
que se da en alguna otra fiesta u ocasión; villancico de Navidad [en algunos
países de Latinoamérica, como Venezuela y Puerto Rico, a los coros navideños se
les designa “aguinaldos”]; planta tropical silvestre de la familia de las
convolvuláceas, muy común en Cuba y que florece por Pascua de Navidad».
La costumbre
Precisar el origen
de la costumbre de intercambiar obsequios como forma de festejar una fecha
fausta y manifestar de manera material los buenos augurios, resulta
tarea difícil, pero existen fechas en las que parece haber cierta coincidencia.
Se le atribuye a Tacio, rey mitológico de los sabinos que
compartió con Rómulo —fundador de Roma— el trono y la corona de la Ciudad
Eterna, el haber iniciado la
costumbre de recoger ramos de verbena el primer día del año en el bosque
consagrado a Estrenia —diosa de la salud y el vigor—, para implorar por su
divina protección y después obsequiarlos, en un principio a Rómulo, y después a
los parientes y amigos. El obsequio de la humilde planta fue pronto remplazado
por regalos cada vez más suntuosos que se llamaban strene.1
Por otro lado, muchas culturas de la Antigüedad eligieron el solsticio de
invierno —que tiene lugar entre el 21 y el 22 de diciembre— para
festejar a alguna de sus deidades. Entre ellas destacan: Mithra, que en
sánscrito significa «amigo», que era el dios de la luz solar, objeto de culto
en la India y en Persia, y cuya fiesta se celebraba el 25 de diciembre, con la
culminación del solsticio invernal; Apolo, dios latino que correspondía al
Helios griego, que era celebrado también el 25 de diciembre en la fiesta del
Natalis Solis Invicti o «nacimiento del Sol invicto», y Saturno, dios de la
agricultura y de las cosechas, que era celebrado durante las Saturnales —que
iniciaban el 17 de diciembre y concluían el 25— de diversas maneras: ofreciendo
al público grandes banquetes, dándose obsequios e intercambiando papeles entre
amos y sirvientes.
Las fechas entre el 17 y el 25 de diciembre fueron
utilizadas por diversas culturas para celebrar a sus deidades.
La Iglesia católica no sólo adoptó de los paganos la fecha
del 25 de diciembre como la del natalicio de Jesús, sino también la costumbre
de intercambiar regalos. Éstos no sólo se reparten en la Navidad, sino también en la Epifanía del 6 de enero, que
rememora la adoración del Niño por los Magos y de los obsequios simbólicos de
oro, incienso y mirra. También se adoptó la costumbre de dar los
«aguinaldos bautismales», que eran los regalos que se intercambiaban los
padrinos con los padres del recién nacido y que han devenido en el llamado
«bolo», que ahora se le exige al padrino, a gritos destemplados, en las fiestas
de bautizo.
La bonificación
Durante la Edad Media, las monarquías y la aristocracia de los reinos europeos mantuvieron viva
la costumbre de los étrennes, aguinaldos y regalos pascuales que, en
muchos casos, se convirtieron en pesados tributos que gravitaban sobre los
súbditos.
Una bella costumbre perdida que data del medievo europeo,
era la de montar, en la noche de san Silvestre —el 31 de diciembre—, a la
entrada
de las casas, mesas provistas de multitud de viandas y bebidas para que las
disfrutaran los viajeros y transeúntes.
La idea de
obsequiar con motivo del fin de año se fue fortaleciendo en los países de
Occidente. Al mismo tiempo, las familias adoptaron la costumbre de
recompensar el buen comportamiento de los hijos pequeños con juguetes que
dejaba Santa Claus en la Nochebuena o los Reyes Magos en la noche anterior a la
Epifanía. Estas prácticas se vieron entusiastamente estimuladas por los
comerciantes y la mercadotecnia.
El aguinaldo laboral
En México, el aguinaldo es también una bonificación monetaria que se otorga a los
trabajadores al final de un año de trabajo. Adquirió estatus de
obligación laboral en 1970, cuyo pago a trabajadores y empleados ha sido
impuesto a los patrones mediante una enmienda a la Ley Federal del Trabajo, que
dispone que una cantidad no inferior al monto del sueldo quincenal se les
entregue al ser cubierta la primera quincena de diciembre.
Además, como muchos recordarán, también son aguinaldos esos que se repartían durante las
posadas en bolsas de celofán o canastitas de colores, que incluían
colación, frutas de la época —cañas, mandarinas, jícamas—, cacahuates y otros
dulces que, si bien hacían las delicias de los niños de antaño, poco a poco
cayeron del gusto infantil hasta llegar a un desuso cuya manifestación más
clara es el gesto, mitad asombro y mitad repulsión, de cualquier niño actual
cuando recibe un aguinaldo de manos de su abuelita

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